"No debo buscar mi dignidad en el espacio, sino en el gobierno de mi pensamiento. No tendré más aunque posea mundos. Si fuera por el espacio, el universo me rodearía y me tragaría como un átomo; pero por el pensamiento yo abrazo al mundo." Blaise Pascal.
Comenzamos a estudiar la historia
cuando realmente negamos las condiciones actuales de la sociedad para entrar a una
nueva realidad, que se relaciona con un número. Las nuevas realidades que vamos
conociendo se pueden clasificar a través de los números reales positivos, y
cuya propiedad más explotada es el establecimiento de una relación de menor a
mayor.
Comenzamos a entender nuestra sociedad
cuando negamos nuestros intereses y empezamos a ver sobre la muralla de nuestra
personalidad. Esto es fijarnos cómo los otros sienten el mundo, el mismo mundo
que nosotros sentimos, pero sentido de una forma diferente.
¿Qué sería del mundo de hoy sin la determinación que tienen los navegantes para emprender viajes inciertos? |
Si de alguna forma la educación
ha sido una prioridad, podrás apreciar cómo los valores que dominan tus
circunstancias son consecuencia de la muerte de miles de seres humanos que en
el pasado dieron su vida para abolir la esclavitud, para abolir la monarquía,
para decirle no a algunos dogmas.
En ese sentido, realizo la
invitación para celebrar todo lo que como sociedades la humanidad ha alcanzado,
y la mayor motivación es el respeto hacia aquellos que le debemos lo que
apreciamos hoy en día.
El estado actual del mundo no es
producto de la evolución de un orden natural y determinístico. Esto es que independientemente
de la voluntad de algunos seres que han marcado la historia con sus ideales, el
mundo iba a terminar aquí ahora. No es así, el mundo está construido sobre
tensiones y conflictos que se encuentran en el pasado y otras tensiones y
conflictos que moldean el futuro.
El mundo no tiene que haber
pasado así como paso. No hay tal orden natural. Lo que hay es la convicción de
diferentes seres y grupos de seres de cambiar o conservar los valores que
predominaban en su mundo. Ha sido la voluntad de ir a morir en una batalla lo
que ha moldeado nuestro mundo en muchas tristes
ocasiones. Otras ocasiones no tan tristes que modelaron nuestro mundo han sido
aquellas en que los seres no van a jugarse su vida sino sus argumentos.
Cuando se han debatido las ideas
y algunas ganaron, han sido ocasiones en las cuales nuestro mundo se ha modelad a través de la voluntad de convencer a los demás sobre lo que creemos correcto. Esto no se da a través del uso del poder, ni
de la fuerza, ni de las armas. Estas ocasiones no se dan porque “así tiene que ser”.
Esas ocasiones se dan por la convicción que desde hace mucho tiempo vaga por el
mundo según la cual podemos llegar a acuerdos en el ejercicio de la libertad.
Esto no es conformismo, esto no
es negar un mejor futuro por estar pensando en el pasado. Está invitación
consiste en mirar al pasado para reflexionar sobre lo correcto, y éste
ejercicio no es inútil de modo alguno porque ese es el camino para modelar el
futuro de la humanidad.
El futuro de la humanidad no es
algo alejado del individuo, el presente de hoy fue el futuro de la humanidad en
algún tiempo. El presente de hoy está parado sobre individuos. No hay que alejarnos
del futuro de la humanidad, porque ese futuro nos incluye a cada uno, con nuestra
pequeña cantidad de poder.
Por eso hay que negarnos de vez
en cuando, no solo para entender al otro hoy, también para entender a los otros
del pasado. Después hay que pasar de la negación a la afirmación de nuestro
ser. Nuestro ser no está condicionado por el universo, sino por nuestra
propia fuerza de voluntad.