![]() |
Dominio público. Wikimedia Commons. |
Los seres humanos somos una construcción
de rupturas. Una grieta se agrega a nuestra existencia cada vez que nuestra dirección
se ve afectada por el medio, cada vez que nos faltó algo; cuando en el camino se produce un bifurcación jamás esperada y nos toca cambiar de rumbo.
Pocas grietas son más sobresalientes
que aquellas que se forman cuando nos enfrentamos ante la imposibilidad de
realización de un anhelo.
Pero, dejemos a un lado las grietas
para prestar atención a lo que se encuentra entre estás, ya que es lo que nos permite funcionar (en caso de que se pueda aplicar este verbo a los seres humanos). Entre las grietas hay
movimiento. Si el sistema que estoy imaginando no tuviera movimiento no queda
casi vida.
El movimiento no dejará de persistir, a pesar de los conflictos, mientras no permitamos que las rupturas nos rodeen e imposibiliten el paso.
El movimiento no dejará de persistir, a pesar de los conflictos, mientras no permitamos que las rupturas nos rodeen e imposibiliten el paso.
Todos al tener conflictos
internos y externos –vivir- estamos fluyendo entre el espacio que dejan
nuestras cicatrices, el espacio que dejen para el movimiento. Para ello hay que ignorar los lugares por los que no podemos transitar y
concentrar nuestra atención en los caminos más esperanzadores, lejos de los
obstáculos del pasado.