2 de agosto de 2016

Un principio de política económica: la restricción presupuestal

El funcionamiento de las entidades públicas, como el estado, requiere de la recaudación de impuestos. Para ello se realiza con anticipación un "presupuesto" donde se describen los ingresos y gastos del estado. El título de esta entrada no hace referencia a ese presupuesto. Con restricción presupuestal se entenderá aquí como aquel concepto que recoge la naturaleza limitada y constante de la producción en el corto plazo, la cuál es un medio necesario para la consecución de los objetivos de política.

Se prefiere el término de producción al de dinero, porque los objetivos de política no incluyen atesorar la mayor cantidad de dinero. Los objetivos de política económica siempre están orientados hacia la consecución de un mayor bienestar, a través de un aumento en el consumo. Aunque el dinero es un medio para eso, no es el fin inmediato, que es la satisfacción de ciertas necesidades.

Se utiliza el término corto plazo, para referirnos al periodo de tiempo, donde suponemos que la cantidad de bienes y servicios que un país produce no varía. Es decir, hacemos abstracción de aquellas vías por las cuáles se puede aumentar la producción, como es tener unos derechos de propiedad bien establecidos y la libertad de ejercicio de actividades económicas o un aumento en la eficiencia con la que se llevan a cabo los procesos de producción.

De esta forma, el estado puede para su funcionamiento llegar a utilizar solo la cantidad limitada de producción que le brindan sus ciudadanos bajo la regulación que hayan establecido. Así las cosas, las decisiones de política económica tienen a su disposición unos medios limitados, lo que implica que un mayor gasto destinado a las satisfacción de algunas necesidades de algún grupo siempre va en detrimento de cualquier otra destinación que se le pueda dar a la producción de los ciudadanos.

Bajo el marco desarrollado anteriormente, la insistencia de los medios de comunicación y la opinión pública en que el estado solucione cada nuevo día más problemáticas sociales sin consideración del costo de oportunidad no es consistente. Porque necesariamente implica que el estado abandone las decisiones de política económica que había tomado por otras, debido a la restricción presupuestal. Luego, no se puede aceptar que el gasto aumente más allá del presupuesto, porque la producción de la que parte no puede crecer en el corto plazo.

Lo que es consistente, es buscar una asignación cada vez más óptima de la parte de la producción de los ciudadanos que maneja el estado. Esto significa reconocer que un nuevo gasto va en detrimento de algún otro (se sustituye), situación que queda justificada ya que al estar la nueva asignación más cerca de lo óptimo, el estado puede dar cabida a un mayor bienestar con la misma producción fija. Esto significa realizar una sustitución de objetivos y medios de política económica menos eficientes hacia unos que lo sea más, en consideración de los costos de oportunidad.

En conclusión, el estado no es una entidad que escape a la naturaleza escasa de los medios. Así como una familia no puede hacer aparecer bienes y servicios de la nada, el estado no tiene superpoderes para crear presupuesto a través de decretos y leyes que van en contradicción con la misma física del universo.