16 de octubre de 2019

Intervención en el lanzamiento del tercer número de la revista de estudiantes de economía Intercambio

Ciudad Universitaria, Bogotá. 24 de sept. de 19.


Buenas tardes a todos.
Miembros de Intercambio.
Profesores.
Estudiantes.
Asistentes.

Mi intervención tiene el propósito de compartirles mi perspectiva personal sobre Intercambio y algo de mi experiencia como uno de los primeros tres editores de la revista.

El martes 19 de agosto de 2014 nos reunimos en un salón de la Facultad de Ciencias Humanas y Económicas -Sede Medellín- diez estudiantes para concretar e implementar una idea del decano de para establecer una revista de estudiantes de economía. Uno de los antecedentes más significativos para esta reunión fue la creación de la revista de estudiantes de historia de la misma Facultad, Quirón. En esa reunión votamos por el nombre actual de la revista y nos colocamos la meta, un poco ingenua, de tener el primer número de la revista en el primer semestre de 2015. El primer número de la revista salió a comienzos del 2017.

Durante el resto del 2014 y 2015 hubo muy poca actividad en la revista. Trabajamos en documentos para presentar al Consejo de Facultad, nombramos Comités dentro de la revista y pensamos en los medios de difusión. En 2015 hubo una pausa y tendría que pasar mucho tiempo para volver a reunir en un mismo recinto tantas personas interesadas por la revista porque la mayoría de aquellos de esa primera reunión no volvieron.

El próximo paso significativo fue la elaboración junto con José Antonio Cadena y Didier Hermida del documento “Propuesta de creación de Intercambio, revista de estudiantes de economía”. Este documento fue aprobado con correcciones en marzo del 2016 por parte del Consejo de la Facultad de Ciencias Humanas y Económicas.

Me voy a detener en el tiempo en este momento de la revista dado que fue la primera vez que supimos que era Intercambio. Y para responder qué es Intercambio existen dos enfoques desde mi punto de vista. Estos dos enfoques se determinan mutuamente y evolucionan en conjunto.

El primer enfoque parte de las operaciones propias de una revista y los criterios de calidad con que se llevan a cabo. En este caso lo que más recuerdo es contactar a los pares evaluadores, esperar a que respondan, llevar las correcciones a los autores y enviar la respuesta de aceptación o rechazo de un trabajo, todo esto manteniendo la confidencialidad pertinente. Recuerdo la preocupación para que nos llegasen trabajos. Los procedimientos para evitar el plagio. Pedir permiso en las universidades de Medellín para ir a pegar afiches publicitarios. Recuerdo que uno de los momentos más emotivos fue la elección de los nuevos miembros del Comité Editorial.

El segundo enfoque, igual de necesario que el primero, parte del objetivo de tener una revista sostenible. Esto quiere decir que la revista pueda continuar el proceso editorial en el tiempo con criterios de calidad y eficiencia, pero, además, manteniendo una identidad. Esta parte de la identidad es mucho más difícil de abordar que explicar las operaciones editoriales. Cada uno de los editores y colaboradores desde sus diferencias resaltan algunos aspectos que son los más significativos para éste. Sin embargo, lo que termina siendo la revista no es la visión particular de cada uno sino una combinación de estas y esto es lo que determina la orientación, el ritmo y los criterios de todas las actividades de la revista.

Así, en marzo de 2016, los tres miembros del Comité Editorial nos acercamos al problema de la definición de la identidad de la revista a partir de los siguientes cuatro puntos:
  • Ser el resultado de entender a un estudiante de pregrado de la Nacional como uno que no solo participa en los espacios, sino que también los crea dentro del marco institucional que brinda la Universidad. Citando el documento de propuesta de creación de la revista “toma las riendas de su proceso de formación, construye propuestas y participa en diferentes escenarios”.
  •  Comunicar los esfuerzos por escribir, leer y pensar de economía que están presentes en los trabajos publicados. Que la publicación de los trabajos sirva de incentivo para escribir mejor, tener una mejor expresión oral, fomentar el hábito de la lectura y el trabajo en equipo.
  •  Los problemas económicos que quisimos resaltar en la propuesta fueron la sostenibilidad ecológica, los problemas agrarios, la seguridad social, la seguridad alimentaria y la desigualdad.
  •  Por último, propender por la diversidad de enfoques teóricos y metodológicos.
Teniendo en mente estos dos enfoques, durante el segundo semestre del 2016 se emplazó la convocatoria de recepción de artículos y se procedió a su revisión. Hicimos la convocatoria para integrar a dos nuevos miembros en el Comité Editorial. Se conocieron los requerimientos para tramitar el ISSN en línea.

Agradecimos a esos autores que enviaron sus trabajos, que fueron la prueba de que sí había demanda para una nueva revista de estudiante de economía en el país, porque todo el trabajo que habíamos adelantado pudiese no tener sentido sin esos autores.

A principios de 2017 me alejé un poco de las actividades de la revista para salir definitivamente del Comité Editorial en septiembre de ese año, el día de mi graduación. A través del número dos de la revista supe de los esfuerzos y el ímpetu de sus miembros para formar nuevos enlaces en Bogotá y ampliar el equipo de trabajo. Lo que me alegró mucho porque siempre supimos que no éramos los únicos estudiantes de economía de la Universidad Nacional. Estábamos pensando en formar redes y puentes con la Sede Bogotá cuando planteamos la revista como “un espacio de comunicación de la comunidad universitaria a partir de la expresión, el fomento y la divulgación de productos académicos inéditos”.

Así, encontré que en el segundo número había un equipo de estudiantes de Bogotá de distintas carreras y una sección de agradecimientos extensa.  La indexación de la revista en diferentes bases de datos. Y actualmente está abierta la convocatoria para el quinto número. En el futuro espero que esta revista de los estudiantes de la Universidad Nacional sea símbolo de sus capacidades y motivación para estudiar economía y que se publiquen muchos más números con calidad editorial.

Por último, poner empeño en responder la pregunta “qué es la revista” o “qué es cualquier organización de la que hagamos parte”, por ejemplo, la Universidad Nacional, es un pequeño paso para renovar una y otra vez los esfuerzos de trabajar por una comunidad de reconocimiento mutuo y de fines compartidos que es el espacio ideal para cualquier estudiante de economía. Porque la Universidad Nacional termina siendo lo que sus administrativos, profesores, estudiantes y demás miembros han creído que es, así cómo ha pasado con la revista.

Gracias por su atención. Muchas gracias por la invitación.


11 de octubre de 2019

El gato que no va a volver a casa si no estás - The Wind-Up Bird Chronicle

Un comentario sobre la novela "Crónica del pájaro que da cuerda al mundo" de Haruki Murakami.

Versión original en italiano:

Un gatto nel blu (Un gato en el azul)
guarda le stelle, (mira las estrellas,)
non vuol tornare (no quiere volver)
in casa senza te. (a casa sin ti). Fuente: El Comercio -Perú

Versión reconocida en español:

El gato que está en nuestro cielo
No va a volver a casa si no estás. Fuente: Musixmatch

El gato del matrimonio Okada desaparece un día cualquiera por un tiempo prolongado. Kumiko, la esposa de Tōru Okada, desaparece un día cualquiera al salir para el trabajo, como es propio para un autor seguidor de Kafka como lo es Murakami. 

Y Murakami, casualidad o no, no es el único que desaparece al gato como señal de que algo desastroso se está desarrollando en el horizonte y que se acerca a medida que pasa el tiempo. Ya  un gato había desaparecido como señal de una separación en lo hogares latinoamericanos donde tanto colocan un "Un gato en la oscuridad", una canción interpretada por Roberto Carlos y compuesta por dos italianos: Giancarlo Bigazzi y “Totò” Savio. 

La misión asignada al protagonista de la historia es buscar a Kumiko y al gato, por supuesto. Tōru no se siente satisfecho con una puerta por la que no regresa Kumiko y una ropa que no se pone Kumiko. Tōru sabe que Kumiko empezó a contarle una historia sobre su pasado que pareciera continuar en el presente pero que no terminó de contarla. Tōru sabe que en su primera cita se sintió vulnerable y en peligro rodeado de muchas medusas pero lo soportó con esmero hasta cuándo no más pudo y Kumiko fue en su ayuda, un evento con la suficiente carga emocional para regresar mucho tiempo en el futuro y no dejar que Tōru se fugue para Malta huyendo de su pasado ineludible. Ni una carta de despedida, ni una llamada, ni una amenaza serán suficientes en su conjunto para hacer doblar el ánimo del protagonista de encontrar un buen cierre a su historia con Kumiko. 

Pero nuestro héroe no tiene que enfrentar a los lestrigones, ni a los cíclopes, ni al colérico Poseidón. Tōru debe deambular siempre perdido pero con coraje por los pasillos de un hotel al cuál accede a través de los sueños y enfrentarse con un bate a su antagonista en la penumbra de una de las habitaciones, algo más apropiado a los modos de vida del presente que las odiseas griegas. Un hotel donde existe una pantalla gigante que nos recuerda la ausencia de televisión en el matrimonio Okada. Tōru se verá pequeño al lado de la pantalla y, además, solo en medio de una multitud de seguidores fanáticos. Sin embargo, la ayuda no tarda en llegar aunque siempre ambivalente e insegura, algo que al protagonista como al lector les resulta frustrante. El protagonista acepta la ayuda y se acostumbra a su estilo.

El pasado y el presente de la historia japonesa trasiegan a todas estas fuerzas. De la guerra ruso-japonesa, de las llanuras de Manchuria y de las heridas de personas y de toda una sociedad pareciera que surgieran manos que mueven las fichas del presente. ¿Qué tienen a su favor quienes quieren al gato devuelta? Su razonamiento implacable, en especial, el de May Kasahara; sus sentimientos, en especial, el amor que siente Tōru; y cuentos, en especial, el de un ex-soldado que no ha vuelto a sentir amor, una narración que tal vez imprime en Tōru la firmeza para no ceder a una vida sin Kumiko fácilmente.

En 1Q84 tenemos para marcar el ritmo y establecer "leyes de movimiento" un libro al que se le añaden y quitan páginas y la intercalación de capítulos entre Aomame y Tengo que se acercan poco a poco (Nociones que hacen a 1Q84 una novela a la que se vuelve). En The Wind-Up Bird Chronicle tenemos a Mr. Honda indicando cómo se deben mover los personajes al principio de la novela. Hasta casi parece que Murakami nos diría: yo les dije todo lo que iba a pasar en el capítulo cuarto. Después de revelar que el lugar apropiado para Tōru es arriba o abajo del mundo sobre el cuál presiden las leyes, es decir, el trabajo legal puede no ser lo propio de Tōru, sigue este apartado clave:
"(...) El punto no es no resistirse al flujo. Sube cuando se espere que subas y baja cuando se espere que baje. Cuando se espere que subas, encuentra la torre más alta y sube hasta la cima. Cuando se espere que bajes, encuentra el pozo más profundo y baja hasta el fondo. Cuando no haya flujo, quédate quieto. Si resistes el flujo, todo se seca. Si todo se seca, el mundo es oscuridad" (p. 51, traducción propia desde el inglés).
Me parece a mí que Tōru obedece: se quedó quieto al dejar pasar el tiempo viendo pasar a la gente y a los trenes sentado en una banca. Y bajó una infinidad de veces al pozo que estaba seco y, al final, se llena de agua.

El antagonista de esta novela es Noboru Wataya, un economista del cuál sus padres tenían grandes expectativas y que se destacó en la academia, pero sobretodo en los medios. Tōru no ha recibido una preparación académica extensa pero cualquier persona cercana al método científico reconocerá que él señala a Noboru Wataya de carecer un marco teórico particular en el cual basar sus opiniones, por lo cuál, es inconsistente al acomodar sus opiniones en cada momento dependiendo de la oportunidad de mostrar su superioridad a su interlocutor. La siguiente cita está en inglés porque creo que es más precisa de este modo a que si la tradujese: 


"(...) But if you paid close attention to what he was saying or what he had written, you knew that his words lacked consistency. They reflected no single worldview based on profound conviction. His was a world that he had fabricated by combining several one-dimensional system of thought. He could rearrange the combination in an instant, as needed. These were ingenious -even artistic- intellectual permutations and combinations. But to me they amounted to nothing more than a game. If there was any consistency to his opinions, it was the consistent lack of consistency, and if he had a worldview, it was a view that proclaimed his lack of a worldview. But these very absences were what constituted his intellectual assets. Consistency and an established worldview were excess baggage in the intellectual mobile warfare that flared up in the mass media's tiny time segments, and it was his great advantage to be free of such things" (p. 75)
Para vencer a Noboru Wataya, Murakami parece irse muy a fondo en los vericuetos de la existencia humana. En particular, le sugiere a Tōru a través de Mamiya que el problema de recuperar a Kumiko puede llevarlo al instante que defina su vida:


"(...) But what I want to convey to you, Mr. Okada, is this: I happened to lose my life at one particular moment in time, and I have gone on living these forty years or more with my life lost. As a person who finds himself in such a position, I have come to think that life is a far more limited thing than those in the midst of its maelstrom realize. The light shines into the act of life for only the briefest moment -perhaps only a matter of seconds. Once it is gone and one has failed to grasp its offered revelation, there is no second chance. One may have to the rest of one's life in hopeless depth of loneliness and remorse. In that twilight world, one can no longer look forward to anything. All that such a person holds in his hands is the withered corpse of what should have been" (p. 209)
Bueno y tales discusiones no son ajenas a la literatura universal, esto porque la Divina Comedia resalta muchas veces ese instante en que los humanos definen su vida. Solo que el castigo para Murakami parece venir antes de la muerte. Borges en Siete Noches lo señala mejor que yo:


"Una novela contemporánea requiere quinientas o seiscientas páginas para hacernos conocer a alguien, si es que lo conocemos. A Dante le basta un solo momento. En ese momento el personaje está definido para siempre. Dante busca ese momento central inconscientemente. Yo he querido hacer lo mismo en muchos cuentos y he sido admirado por ese hallazgo, que es el hallazgo de Dante en la Edad Media, el de presentar un momento como cifra de una vida. En Dante tenemos esos personajes, cuya vida puede ser la de algunos tercetos y sin embargo esa vida es eterna. Viven en una palabra, en un acto, no se precisa más; son parte de un canto, pero esa parte es eterna. Siguen viviendo y renovándose en la memoria y en la imaginación de los hombres."
"(...) Cada uno se define para siempre en un solo instante de su vida, un momento en el que un hombre se encuentra para siempre consigo mismo."
Juzgar como carente de un marco teórico específico a Noboru Wataya, la frustración que produce los personajes surrealistas y los acontecimientos extraños tanto a los lectores de Murakami -recuerden la lluvia de pescados en Kafka en la orilla- como a Tōru y hasta el orden exacto del universo ilustrado por la Divina Comedia se contrapone con el punto de vista #4 de May Kasahara. Tal vez en la búsqueda de balanceo de opiniones, tal vez en un acto de humildad, tal vez Murakami contándonos porque es tan así, tan lluvia de pescados, está ésta joven que abandonó el colegio y trabaja en las montañas en un oficio repetitivo relacionado con hacer pelucas:


"(...) It's like when you put instant rice pudding mix in a bowl in the microwave and push the button, and you take the cover off whe it rings, and there you've got rice pudding. I mean, what happens in between the time when you push the switch and the microwave rings? You cant tell what's going on under the cover. Maybe the instant rise pudding first turn into macaroni gratin in the darkness when nobody's looking and only turns back into rice pudding. We think it's only natural to get rice pudding after we put rice pudding mix in the microwave and the bell rings, but to me that's just a presumption. I would be kind of relieved if, every once in a while, after you put rice pudding mix in the microwave and it rang and you opened the top, you got macaroni gratin. I supposed I'd be shocked, of course, but I don't know, I think I'd be kind of relieved too. Or at least I think I wouldn't be so upset, because that would feel, in some ways, a whole lot more real" (p. 461)
Y pues bueno, el gato regresa. Se cumple el deseo de la audiencia de que le cambien el nombre y ahora se llama Mackerel -un tipo de pescado-. La reacción al regreso del gato está en la primera cita de las siguientes que resalto por su valor poético:
"Holding this soft, small living creature in my lap this way, though, and seeing how it slept with complete trust in me, I felt a warm rush in my chest. I put my hand on the cat's chest and felt his heart beating. The pulse was faint and fast, but his heart, like mine, was ticking off the time allotted to his small body with all the restless earnestness of my own.” (p. 378)


It was as is we had sprouted great bug wings and could fly anywhere we liked. (p. 475)

The place was like an ancient tomb after grave robbers had carried off the body. (p. 551)

Referencia

The Wind-Up Bird Chronicle by Haruki Murakami, Jay Rubin (Translator) Paperback, 607 pages
Published August 2015 by Vintage International.

Adición

Borges en El Golem tiene una estrofa también dedicada a gatos ausentes:
Algo anormal y tosco hubo en el Golem,
ya que a su paso el gato del rabino
se escondía. (Ese gato no está en Scholem
pero, a través del tiempo, lo adivino.)