Salvedades hechas sobre el lugar que uno ocupa y los múltiples lugares de los que uno este ausente
No negociaré con la posmodernindad
Me sentiré desgraciado, dolido y tendré una vejez maltrecha si así ocurren las cosas
No voltearé los sentidos de la verdad para establecer una armonía que les resulte comoda
No seré un traidor de los de mi clase
Me detendré en cada una de mis dichas
Como no puedo negar mis desgracias, tampoco puedo negar los momentos expansivos
Los momentos donde se alcanzan las estrellas y los planetas
Los momentos en los cuáles el espacio y el tiempo hacen parte de mí tanto como yo de ellos
La verdad es el terreno sobre el cuál crecerá el árbol privilegiado del cual brotan las hojas de victoria
Mis apuestas no serán endebles
Mis apuestas serán por todo lo que me corresponde
Lo que me queda justo
Esto no puede encontrarse en las trincheras de la muerte, la mezquindad y la desidia
No encontraré mi justicia en el miedo que inspira las sucesivas tormentas
¿Me buscas? Estaré enfrente del mar, mi mirada en las estrellas y mis pies en la arena todavía caliente de la playa
Estaré perdido entre las hojas de una enciclopedia
Navegaré las aguas de las ficciones osadas
O estaré delimitando los contornos del siempre elusivo tejido social
Exploraré los hilos que nos unen y que nos separan
Todo esto lo reclamo y reclamaré siempre
Las trampas fantasiosas de los jinetes de la muerte no singnificarán nada para mí
Mi lugar en el mundo no es un hecho a ser cuestionado
No, es una fuente de la que emergen aguas que conducen a la cuenca de la existencia auténtica
Tanto como los mejores lo han hecho antes