13 de junio de 2021

El tiempo es un cuarto de espejos que nos permite repetirnos una y otra vez

La naturaleza de la vida no la podemos captar en su completitud, eso no quiere decir que la vida sea más grande que nosotros, sino que nuestras herramientas son limitadas. Tampoco captamos nuestro ser en un solo momento del tiempo, tal vez el tiempo está ahí para alcanzar a recorrer una mayor extensión del terreno de la existencia, tiempo en ese sentido es la oportunidad continua para poder recorrer más y poder ensamblar las piezas con el poder de la memoria y la cognición.

El tiempo también parece clave para fortalecer nuestras sencillas maneras de actuar, aunque los problemas se puedan captar en corto tiempo como una extensión inconmesurable, nuestro actuar no se percibe en un corto tiempo como incomensurable, nuestras maneras de acción son sencillas, listar las soluciones, ordenarlas según algún criterio, procurar que los medios para alcanzar las soluciones sean los menos costosos posibles, reducir la incertidumbre, reducir los riesgos, acumular recursos para el futuro y actuar ante las contingencias con un plan debajo del brazo. Para abordar los problemas que nos trascienden, tenemos poco, tenemos solo 24 horas, y tenemos que hacer otras muchas cosas, y nos quedamos sin tiempo. Sin embargo, la combinación de nuestras maneras de actuar sencillas y humildes con el tiempo que nos permite repetirlas una y otra vez se convierten en lo que somos, nuestras decisiones, nuestro poder resulta así ser sencillo y humilde.


Sí, tenemos mucho por hacer, tenemos que agilizar el paso, tenemos que responder ante múltiples instancias de forma urgente, pero también es cierto que no podemos invocar un poder milagroso, los milagros solo son milagros porque son independientes de nuestras cuitas, que las demandas y la urgencia de las necesidades no nos van a convertir en súper-seres. Dejad que crezcan las demandas todo lo que quieran, es vano preocuparse por eso cuando lo que nos es propio es lo otro, el tiempo que tenemos y nuestras maneras de actuar.



5 de junio de 2021

¿Cómo no ser amables al entrar a aquella noche buena?

Preludio:

La superficie metálica de color blanco resplandece a la luz del sol dentro de un fondo oscuro estrellado, un fondo estrellado distinto al que se ve desde la tierra, sin la distorsión que produce la atmósfera. De repente, ahora es posible ver un mujer con un traje espacial atada a la nave a través de un cordón de vida.

Hemos salido de la tierra, hemos salido de nuestro país de origen, alguna vez cuando el mundo era más pequeño, lo atravesamos para ir a vivir a otra parte. Además, un niño descubre por primera vez la inquietud de su mascota por salirse de su casa, por saltar la cerca, la frustración de no poder garantizar la seguridad de la mascota por fuera de la casa y la pregunta ¿por qué querer salirse si tiene todo en la casa?

Dos recortes de poemas:

Do no not go gentle to that good night

Dylan Thomas, Do not go gentle into that good night, lo traduzco como "No seas amable al entrar a aquella noche buena"

Porque a la riqueza miro de perfil
mas no con odio

Raúl Gómez Jattin, El Dios que Adora

Episodio 2 de la temporada 4 de The Crown «The Balmoral Test»:

La princesa Margaret le sugiere a Thatcher que use un poco de perspectiva para abandonar un poco de su obsesión al trabajo por placeres más aristocráticos como los juegos de salón y la caza.

Texto principal:

Por el pecado de movernos, pareciera que nos tocase pagar una penitencia y es la sumisión a la lógica del movimiento. La predicción constante del futuro y la continua actualización de trayectorias sobre los objetos que nos rodean para asegurarnos de no tropezar con ellos. A su vez descifrar la lógica a la que nos tenemos que someter por ser humanos tal vez requeriría un esfuerzo sobre-humano. Sin embargo, algo se puede decir al respecto, seguramente no es la única lógica y deseamos trascenderla. La existencia de ese deseo, independiente de su satisfacción o frustración, da luces hoy sobre cómo poner en perspectiva la vida

Debajo del banner del blog lleva como por diez años la frase "que cada paso hacia adelante sea una celebración de la vida", esta nueva entrada en el blog, después de lo que pareció una eternidad, es una pequeña rebelión a esa frase y a su vez una reafirmación. La lógica de la vida puede que no sea la lógica de muchos seres, la tragedia como característica esencial de la vida humana puede ser señalada como simplemente "demasiado" por algunos: ¿inmadurez? tal vez, pero es inmadurez condicional a la vida humana; ¿el éxito? tal vez, pero condicional a la vida humana; y ¿el fracaso? tal vez, pero condicional a la vida humana.

Esta entrada del blog es re-afirmación de esa frase porque resalta la parte de celebrar. Una celebración no es una actividad trivial, no es admiración ni tampoco sumisión, una celebración tampoco tiene que ser placer ciego, la celebración de la que habla esa frase siempre ha sido un poco de armar una parranda a propósito o en consideración de la lógica de la vida. 

A la vida y su pérdida hay que mirarla de perfil, no tomársela demasiado en serio (debo aclarar que muchas personas dicen exactamente lo contrario), su lógica puede que se nos antoje paupérrima. Así, el deseo de salirnos de la vida (ojo, esto no es lo mismo que morir, es más bien trascender a su lógica y moverse a otra) puede ser un hecho que es producto de nuestra capacidad de explorar y de salirnos de nosotros mismos, de que podemos contemplar a esa cosa gigante que es la vida con perspectiva, y señalar sus matices de grises, pero no bajar la cabeza ante sus multitudes de sentidos. Esto puede lanzarnos a reconocer que hay más sentidos que nos permiten ser conscientes que algunas cosas pudieron ser distintas, que pudimos ser distintos, que no todo tiene que ser contingente y que algunas cosas tienen que ser contingentes. Celebrar la vida es tener la compasión para no ser amables al entrar a aquella buena noche; es señalar con nuestro dedo índice a la vida como si fuese algo externo a lo que somos, como si todo el cuento no estuviese reducido a sus dinámicas, porque imaginamos otros mundos posibles.

Gracias a Kashiwagi, hermano -personaje de la Novela de Genji de Murasaki Shikibu- y a mi vientre materno, madre, por dónde salí de mí mismo.