26 de abril de 2013

Educación totalmente laica, ya

Las personas son reconocidas por sus derechos naturales, ante el orden jurídico internacional. Es inadmisible que tanto en la educación pública como en la privada que no son aceptadas por ser colegios de educación religiosa, se destinen recursos (Tiempo, capital) a la practica de actividades religiosas. Actualmente en vez de promoverse una educación sobre la variedad religiosa que existe en el planeta, la religión en algunas instituciones educativas solo es entendida a través de solo una, y ademas practicada desconociendo los derechos de los estudiantes a una educación laica.

La educación laica nos conviene a todos a los participantes de una religión, o creencia así como a los que manifiestan no participar en ninguna. Eso se demuestra desde un principio sencillo, los participantes de una religión tienen una garantía de que sus creyentes no lo son simplemente porque no conocen a las otras religiones del mundo, conocer las diferentes religiones, las más importantes del mundo trae por si mismo un espacio crítico de debate abierto, para que las personas tomen posiciones firmes o las cambien por mejores. Así mismo como los que dicen no participar de ninguna religión, no serán obligados a participar en los ritos de esta, pero si por la misma naturaleza de la educación (Cómo la física, filosofía, ética, y moral...) a conocer sobre estas.



Una educación laica, no es una educación atea, es una educación que plantea un espacio de pedagógico dónde se pueden entender a las religiones como un fenómeno social a estudiar como cualquier otro y criticar (constructivamente). Todos podrán participar en este espacio, de construcción de argumentos, sin tener que participar de X o Y creencia.

Así las personas del mañana, serán reconocidas por tener una vista ampliada del mundo, que no solo se limita a la ciencias naturales, si no a todos los aspectos del ser humano. 

4 de abril de 2013

La vida

Escuchó una melodía. Las personas bailan, unas muy bien otras no tanto. Escuchó una melodía que hace crecer el árbol hacia las nubes y hacia el centro de la tierra. Las hojas mientras acarician las nubes bailan con el viento la hermosa melodía. Las hojas se enamoran tanto del viento que se convierten en aves, aves que con nuevos pasos bailan con el viento. Aves que se sumergen en el inmenso océano en busca de los peces. Unas al contacto con el agua del mar quedan enamoradas y se convierten en peces. Peces que bailan con el agua, al son de la melodía. Peces que se sumergen más en los abismos de los océanos, pasando de una especie a otra hasta que llegan al fondo. Luego extrañando la luz del sol vuelven y suben siendo plancton, calamar, tiburón, orcas y ballenas. Al fin ven el sol, un aliento después de tanta oscuridad. Tocan la arena calentada por la estrella y se arrastran por ella, se calientan. Se mueven por las alcantarillas, suben a los árboles. Habitan ciudades. Bailan, siempre con la melodía. El hombre mira hacia al cielo, hacia el mar, siente el viento y reconoce que hay algo de todo eso en él. Luego todo se desintegra volvemos hacer polvo de estrellas, flotamos al son de la melodía bajo los caprichos de la gravedad. Luego todo se queda frío. La melodía jamás desaparece.   
José Lobo Camargo