10 de mayo de 2013

Todos los monstruos son humanos

No es extraño encontrar en todas las religiones del mundo, lados, "frentes de batalla", no tenemos que esforzarnos para encontrar en nosotros mismos un deseo que nos impulsa, y que muchas veces detenemos por muchas razones. Desde una perspectiva colectiva se puede dilucidar como los seres humanos obedecen (no siempre) al egoísmo, miedo, orgullo, lujuria, ira... y conceptos afines. Hay algo en común en todo esto, el miedo.

El egoísmo esta por naturaleza, como una consecuencia del miedo a tomar la decisión incorrecta. Antes de la acción se nos presentan opciones; siempre esta en la que "yo salgo ganando"; cuando estamos en una situación confusa podemos elegir esta en vez de "nosotros salimos ganando". La vida siempre ha buscado, por una extraña razón, extenderse siempre en el tiempo, que las especies sobrevivan el mayor tiempo posible, así el egoísmo es en un principio la forma que toma el miedo a fracasar en ciertas decisiones.



La persona buena y la persona mala, no es un escenario común de ver, mucho menos el hombre perfecto o la mujer perfecta. Tapar con tierra nuestros defectos, como si fueran vergüenzas es contraproducente con nuestra naturaleza. Todos nosotros pasamos por etapas biológicas similares que afectan de una manera o otra nuestra personalidad, debemos ser capaces de mirar a la persona en el espejo y preguntarle cómo se siente. Si jamás vemos hacia nuestro interior es difícil superar vicios que hemos adquirido. Nuestra mente consciente tiene poder, y debe subyugar bajo este toda nuestra existencia, no permitamos que nuestros pequeños demonios tomen el control.

PD: El título de esta entrada fue tomado de la serie American Horror Story: Asylum