26 de febrero de 2022

Sobre la realización del futuro no posible y el potencial del potencial o sobre el aborto

Los silencios macabros que guardamos cuando deberíamos hablar son un obstrucción de la vida. Confío en que son posibles discursos más justos y bellos en la república del desamor, además, escribo con el ánimo de no permenacer en silencio, pintado en la pared. Esto porque los asuntos públicos nos hablan pero usualmente nos encontramos en una posición desde la cual no respondemos. Por consiguiente, es cada vez más difícil asumir cualquier responsabilidad en nuestra sociedad.

La vida es potencia y realización. Como potencia, tenemos capacidades que determinan los acontecimientos que nos acaecen. Como realización, somos el final de toda la retórica cuando percibimos el presente, los sonidos, la luz y los movimientos que nos rodean y percibimos que somos una pieza de todo esto, que pertenecemos a este conjunto, algo que no podemos negar. La potencia se requiere en cualquier realización pero no toda potencia termina en realización. También es cierto que los humanos necesitamos un sustento o sustrato biológico, mental y espiritual que nos posiciona en el espacio y en el tiempo. 

El aborto (interrupción voluntaria del embarazo) dentro de un tiempo prudente de gestación no atenta contra la capacidad general de crear vida de un individuo o de la sociedad. La vehemente defensa de la vida, es la defensa de la potencia de generar vida y de la realización de estar vivos. En ese sentido, la defensa del amor es inevitable. El amor que es traicionado en los engaños, el amor que es botado a la basura y los profundos desencuentros que planeamos con tanta frialdad son los verdaderos traumas que dañan nuestra capacidad general para crear vida.

Que tengamos muchos deseos de ser generosos y aceptar que la vida está en el espacio solitario y frío que separa las estrellas o aceptar que la vida no necesita el nacimiento, la concepción o del amor para surgir, no hace que eso sea cierto. Una célula sexual fecundada de una mujer y sus posteriores desarrollos hasta la semana 24 de un proceso de gestación se encuentra en un estado donde no es probable la realización de un nacimiento para la vida, es más probable el nacimiento para la muerte según los medios científicos citados en la Sentencia C-055-22 de la Corte Constitucional de Colombia. Pero esta materia llena de vida tiene el potencial del nacimiento de una manera más contundente que los profundos desencuentros planeados, de los engaños y de todo los obstáculos creados al proceso que conduce a la maternidad y paternidad en los humanos.

Así una interrupción del proceso de gestación en ese periodo de tiempo evita la realización del potencial de la potencia, es decir, del nacimiento potencial y probable que se adquiere una vez ha transcurrido el tiempo suficiente, a favor de la realización actual de un futuro no posible, a favor de lo que sería un nacimiento para la muerte, a favor de un truncamiento de las posibilidades que todavía no han ocurrido.

Las ideologías cambian los elementos de la existencia de lugar, por ejemplo, haciendo pasar A por B y B por A. Es distinto lo que es de lo que puede llegar a ser. Así como es indefendible la persecución de delitos que no se han cometido en personas que plausiblemente los ejecutarán en el futuro según un marco de referencia, tampoco cabe señalar que lo que existe solo en potencia de potencia en el cuerpo de una mujer ya se ha realizado como verdad irrefutable, como un ser vivo o ser humano. El ser humano como realización que carga con esa potencia de potencia es el ser que le corresponde la autonomía posible de decidir el futuro de su cuerpo y de su vida.

Necesitamos nacimientos para la vida, sobretodo para la vida llena de amor y de significado espiritual y trascendental. También saber que la maternidad y la partenidad no son los únicos medios de encauzar la reproducción de la vida. También ser conscientes de los retos y dificultades que nos impone la reproducción de los medios materiales que sostienen a la vida, que nuestras realizaciones del potencial que tenemos implican el truncamiento de las posibilidades del futuro y que este truncamiento no nos sucede igual a todos sino que depende de nuestra posición en el espacio social. Esto no es posible si no nos aplicamos al descubrimiento de la verdad. La verdad según la cuál nuestra aventura por la existencia es incierta e imperfecta y que a veces es posible echar para atrás y desandar el camino con el fin de encontrar propósitos superiores, este es uno de esos casos.