14 de agosto de 2012

Acerca de la dignidad del hombre


"No un determinado asiento, ni un aspecto propio, ni encomienda alguna peculiar, te dimos, Oh Adán, a fin dee que aquel asiento, aquel aspecto, aquellas recomiendas que tú mismo deseares, según tu voto, según tu sentencia las obtengas y  las poseas. La naturaleza delimitada de los demás está confinada dentro de leyes prescritas por nosotros; tú, por ninguna barrera confinado, según tu arbitrio, en manos del cual te puse, la tuya prefijarás. En el medio del mundo te puse para que desde allí mires en torno con más comodidad todo lo que hay en el mundo. Ni celeste ni terreno, ni mortal ni inmortal te hicimos, a fin de que de ti mismo, casi arbitrario y honorario artífice, te plasmes y esculpas tú mismo en la forma que prefieras. Podrás, degenerar en las cosas inferiores que son los brutos; podrás regenerarte, según el decreto de tu espíritu, en las superiores que son divinas".

Giovanni Pico delta Mirándola, Oración acerca de la dignidad del hombre, en Señal que cabalgamos, No, 49, Bogotá, Universidad Nacional de Colombia, 2005.